Lo bueno y lo malo del home office

Como bien queda entendido en el título de este blog, disfruto bastante hacer home office. Por esta razón, no podía dejar pasar la oportunidad de hablar de este hermoso modo de trabajo ahora que nuestro bello país se ha visto en necesidad de avanzar tres años en esta temporada, donde una pandemia ocurre afuera y quienes tenemos la fortuna de contar con un trabajo de oficina, podemos permanecer en la comodidad de nuestras casas.

Antecedentes del home office

El home office, teletrabajo o trabajo a distancia, inició hace más de 40 años con el objetivo de contribuir a la crisis petrolera que estaba viviendo Estados Unidos. El científico Jack Nilles de la NASA buscaba una manera de reducir tiempo en traslados, por lo que el teletrabajo favoreció al ambiente y a la calidad de vida del empleado, además de la calidad laboral de las empresas.
Como consecuencia de esta crisis y gracias al comercio electrónico, Uruguay llegó a otros mercados, lo que impulsó a trabajadores independientes a vender en línea a nivel global.


Ya en 2006, España presentó el Plan Concilia, que promueve el home office en la administración pública, favoreciendo considerablemente la vida de los empleados. Un par de años después, Colombia estableció la Ley para regular esta modalidad y, para no quedarse atrás, Estados Unidos presentó la Ley de mejora del Teletrabajo. Y es así como a grandes rasgos nació el home office.

Home office en México

Un dato que desconocía es que en México, hace bastante poco, en 2019, el home office quedó regulado en la Ley Federal del trabajo (¡!). Sin embargo, sólo 2 de cada 10 empresas lo han puesto en práctica, gracias a que nuestra cultura de trabajo no está lista para esta conversación.


Por ejemplo, en mi caso, como diseñadora, aún escucho comentarios alusivos a que los diseñadores y profesionistas creativos debemos ser supervisados, que llegamos tarde, que somos desorganizados, incluso que la pasamos jugando porque hacemos dibujitos o la pasamos en redes… En fin, si dejas de lado mi profesión, estos son defectos que cualquier empleado puede tener, ya que aquí puedes agregar el juego del móvil en turno, la sobremesa, la vuelta a la cuadra para platicar, salir a fumar, la charla en la cafetera… ¿Ahora notas que puede ser cualquiera? La mejor parte es que podemos eliminar estos defectos con disposición y disciplina, lo que para algunos puede representar un reto.


Claro, además de los issues que cada quien tiene, también está la vieja cultura de trabajo: llegar temprano y permanecer hasta tarde aunque ya hayas terminado labores porque hay que checar o hay descuento, un jefe supervisor detrás de tu hombro, siempre cuidando cada uno de tus movimientos, la falta de estrategia, lineamientos y tecnología… Así es: aún falta mucho, pero lo rescatable -soy bastante optimista con este tema- es que ya hay empresas donde lo están implementando. Por lo tanto, desde nuestra trinchera -oficina, cubículo, escritorio-, como empleados, podemos mejorar para ser capaces de trabajar a distancia con éxito.


Características del empleado

Entre los beneficios del home office, Jack Nilles, el padre del teletrabajo, menciona que en las grandes ciudades, la mitad de la población trabaja con información, por lo que pueden trabajar desde cualquier parte mientras cuenten con lo necesario para realizar sus labores. Por lo tanto, el empleado debe contar con estas características:

  • Trabajar con información, de tal manera que el empleado puede laborar vía remota.
  • Ser independiente, capaz de prescindir de la supervisión, guía o apoyo de otros.
  • Ser autodisciplinado, para cumplir en tiempo y forma con las labores.

Reglas para hacer home office

  • Automotivación. Encuentra -o recuerda- la razón para seguir creciendo personal y laboralmente. Amor por tu carrera, estabilidad económica en tu familia, crecimiento profesional, porque un día serás tu propio jefe… Tú sabes cuál es tu motivación. ¡Aférrate a ella!
  • Ser el perfil adecuado para el puesto. En este punto entran tus habilidades, cualidades, experiencia… Y el proceso de reclutamiento. Interésate en tu puesto, analízalo y evalúa qué mejoras puedes hacer. Por otra parte, si estás buscando trabajo, aquí te dejo un link que te puede servir.
  • Flexibilidad. Poder adaptarte a cambios repentinos controlando tus emociones, porque de lo contrario, esto puede evitar que disfrutes del hermoso home office. Para mejorar tu humor, puedes hacer ejercicio, meditar, orar, leer… Esto te hará comenzar mejor tu día.
  • Innovación. Tener ideas funcionales para resolver un tema, sin el método de siempre. En este periodo de adaptación de todos los centros de trabajo, tendrás que ser capaz de resolver diversos obstáculos de manera ingeniosa.
  • Seguir socializando. Somos humanos, aunque en ocasiones desees huir de la oficina o dejar sin audio ni video tu reunión virtual, debes seguir manteniendo contacto y una buena relación con tus compañeros, ya sea por chat, redes, videollamadas y claro, algunas juntas -ojalá que sean pocas y productivas-, para fomentar el trabajo en equipo.

Beneficios

  • Ahorro de tiempo y dinero. No más permanecer de pie en el vagón del metro, entre gente que va cabeceando, desayunando o maquillándose… Por el momento. De igual manera, tu cartera evita gastos de transporte y comida, lo cual está perfecto.
  • Trabajar en tu espacio. Si cuentas con tu oficina propia, tal vez la extrañas, pero si no, es probable que estés más cómodo en casa, con tu música, tu cafecito en mano, tus mascotas y sin distracciones… Pensándolo bien, hablaré de esto más adelante.
  • Aprovechar la tecnología. Siempre hace falta actualizarse en temas afines a nuestra profesión. Existen plataformas como Domestika, Crehana, Cousera, Udemy, con precios muy bajos, descuentos o gratuitos… Ya encontrarás algo que necesitabas aprender. Además, si no sabías cómo hacer videollamadas, es el momento y te va a beneficiar, debido a que permaneces empleable.
  • Tu horario. Con el trabajo de oficina, las actividades que antes realizaba habían quedado en un recuerdo por la falta de tiempo. Actualmente, tengo oportunidad de retomarlas diario en mi horario y esta parte de mi vida, esta pequeña parte, se llama felicidad.
  • Reducción de estrés. Si contamos con las reglas mencionadas arriba, nos encontramos tranquilos y satisfechos. Esto beneficia nuestra vida, nuestro entorno e igualmente, nuestro empleo.

Inconvenientes del home office

Aunque es genial trabajar a distancia, esto tiene sus inconvenientes. Lo mejor es que la mayoría pueden resolverse fácilmente.

  • No contar con el espacio de trabajo ideal. En una encuesta en Linkedin que encontré, más de la mitad de los participantes mencionó que trabaja en el comedor o la sala. Es necesario invertir en un escritorio, silla ergonómica, buena señal de internet, con el fin de estar cómodo y sin distracciones para ser productivo. En Amazon y Mercado libre puedes encontrar buenas ofertas con las que podrás estar a gusto trabajando, sin que tengas que mover todo a cada momento.
  • Mala organización. Ahora estás cerca de tu familia y mascotas: organízate con ellos para no descuidarlos y concentrarte en el trabajo. No te olvides de ellos: inclúyelos en tu nuevo horario.
  • Falta de integración. Al estar de manera remota, la relación con nuestro equipo puede flaquear; por esta razón, es importante mantener una relación sana con ellos. Sigue teniendo atención, amabilidad, empatía y otros valores que debemos cultivar permanentemente. Planeen cuándo pueden contactarse con el fin de terminar labores a buen tiempo. Aprovecha la tecnología: usa Drive, Trello, Monday o cualquier otra plataforma para organizar actividades para saber en qué andan y cómo van con los pendientes.
  • Presentismo. Como estamos a unos pasos de nuestro equipo de trabajo, puede resultar difícil terminar tu horario como lo hacías al salir de la oficina, por lo que de repente notas que son las 9 de la noche y sigues entradísimo con ese pendiente que bien puede resolverse mañana… Terminas agotado y fastidiado como si hubieras asistido al trabajo. ¿Cómo evitarlo? ? De nuevo: haz tu horario, termina tus pendientes correctamente y entrega a tiempo para seguir con el flujo de trabajo adecuado. Por último, respeta tu horario para que tus compañeros y tu jefe lo hagan también.

A pesar de estos inconvenientes, opino que el home office debería ser una prestación a mediano plazo -o tal vez corto, por aquello de la pandemia- que honestamente, muchos empleados necesitábamos y que, para otros, puede representar una oportunidad para mejorar sus habilidades, organización y método de trabajo.Espero que estos puntos sean útiles para tu nueva etapa laboral haciendo home office y que sea agradable para ti.

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